Desde el año 2009 Uruguay presenta saldos migratorios positivos; las nuevas realidades y dinámicas migratorias nos enfrentan a identidades étnicas y nacionales no hegemónicas al tiempo que nos confrontan con la existencia de una matriz cultural eurocéntrica y racista. Si bien la mayoría de las personas que migran a Uruguay tienen un perfil profesional y sobrecalificado a la media nacional, el proceso de integración a la comunidad está marcado por dificultades económicas y habitacionales, obstáculos laborales y profesionales, y exclusiones culturales y normativas.
El proyecto busca dar herramientas a las personas migrantes, para navegar las situaciones a las que se enfrentan en su llegada al país y en el proceso de integración a la comunidad. Esto incluye aspectos de derechos fundamentales como el derecho a la identidad mediante el acceso a la regularización migratoria, el acceso a la vivienda, salud, educación, trabajo, acceso a la justicia y ejercicio de derechos civiles y políticos.